Las elecciones presidenciales de este año serán las más cruciales de toda la historia estadounidense. Y sobran razones que vamos a analizar adelante. Como nunca antes, los norteamericanos tienen virtualmente no sólo en en juego sino en peligro su seguridad, su economía, su influencia, liderazgo y su credibilidad como nación abanderada de la democracia en el mundo civilizado.
Comencemos con la economía. ¿Cuándo en la historia del país los precios internacionales del petróleo elevaron a más de 4 dólares el galón de gasolina de auto? ¿Cuándo el dólar ha estado tan desvalorizado en el mundo? ¿Cuándo se han registrado déficit en la balanza comercial estadounidense con naciones como China (más de 400 mil millones y sigue en ascenso)? Altos niveles de desempleo, evidentes señales de recesión, inflación difícilmente controlada y agudas bajas en las tasas de interés confirman la débil rentabilidad de la moneda, y son síntomas ineludibles de que la economía norteamericana está en grave peligro. ¿A quiénes se responsabiliza de este "desmadre" nunca antes ocurrido?
Analistas económicos tienen varias explicaciones que van desde la descontrolada tendencia a la globalización y liberación de los aranceles a las importaciones, hasta falta de sentido común cuando se trata de proteger el Producto Interno Bruto de la nación. Resulta más barato importar que producir, perdiendo la noción de que lo importado algún día se pondrá tan caro que no podrás comprarlo, y tampoco lo puedes producir porque cerraste tu fábrica para adquirirlo de otros. No nos vamos a extender con la economía, pero sí queremos ilustrar el cuadro de la gravedad de la situación que vive Estados Unidos...
Ani Yehudi
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