WASHINGTON (AFP) — El atentado del jueves en Israel, el más grave desde hace cuatro años en Jerusalén, suscitó una fuerte desaprobación en el mundo y una gran preocupación respecto a las discusiones de paz, ya muy frágiles, y al mutismo de los países árabes, junto a la satisfacción de los grupos anti-israelíes.
El Consejo de Seguridad de la ONU, reunido de urgencia, fracasó el jueves por la noche en acordar una condena al atentado debido a la oposición de Libia, que insistía en relacionarlo con las incursiones hebreas en Gaza, informaron los diplomáticos.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, "condenó en los términos más fuertes" un "atentado salvaje", que costó la vida a ocho adolescentes israelíes en una escuela talmúdica en Jerusalén Oeste y que fue reivindicado el viernes por un responsable de Hamas.
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