por Pilar Rahola
Men kent reden yiddish", le espetó a un sorprendido Yitzhak Shamir, en su primera visita a Jerusalén. Era negro, nacido en Jamaica, de padres originarios de Harlem, y criado en el Bronx. ¿Cómo sabía, pues, ese hombre de maneras educadas, antiguo estudiante de geología, actual presidente del Estado mayor conjunto que acababa de ganar la primera guerra del Golfo, y general del ejército norteamericano, la lengua proveniente del alto alemán medio, que hablaban los judíos asquenazí? Nacido de la mezcla del alemán, arameo, hebreo y palabras eslavas, y hablado desde el siglo X, el yiddish vivió su máximo esplendor con la literatura de Jaim Grade y de Isaac Bashevis Singer, el único premio Nobel en este idioma. Después, el holocausto asesinaría a millones de judíos centroeuropeos, y con ellos, prácticamente desaparecería su legado cultural, incluyendo un idioma que, antes de la Shoá, hablaban 13 millones de personas. Sin embargo, ahí estaba Colin Powell, asegurando a un sorprendido primer ministro de Israel que él podía hablar yiddish...
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Ani Yehudi
miércoles, 5 de noviembre de 2008
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