Ani Yehudi

miércoles, 26 de noviembre de 2008

El “efecto soldado” en la sociedad israelí

por Roxana Levinson


Desde que llegué al país me ha llamado mucho la atención el trato y la deferencia que tiene la gente, en general, hacia los soldados.

Es que realmente enternece verlos cargar esos bolsos enormes, los ojos chiquititos y lagañosos, subiendo a buses y trenes, en larguísimos viajes en los que sólo se dedican a dormir. Pero dormir como sólo un soldado lo puede hacer.

Cierta vez iba en el tren desde Beer Sheva (en el sur, bien al sur) hacia Tel Aviv y había muchos, muchísimos soldados. Algunos en los asientos y otros, sencillamente en el piso, durmiendo. Uno de ellos tenía la cabeza apoyada sobre su mochila, el cuerpo acurrucado en un rincón del vagón y el celular pegadito a una de sus orejas. El teléfono comenzó a sonar, con una estridente melodía jasídica, cantada y todo, y el soldadito… nada. Una vez y otra vez y otra más, y el bello durmiente… nada!...

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1 comentario:

Rāḥēl Reznik dijo...

Este artículo de Roxana me pareció espléndido.
Y visité su blog y quedé encantada!
Todos sus post son muy pero muy buenos.