Está clarísimo que Hamas no aceptó la tregua porque quiera abrir el camino hacia un entendimiento con Israel, sino porque desea aliviar un poco la presión. Las encuestas todas muestran que en Gaza ha bajado su popularidad y que en general ha subido algo la del Presidente Mahmud Abbas, a pesar de que el control del poder en Gaza no se ha debilitado.
Pero presiones no faltan, la situación interna es difícil, y a Hamas le conviene la tregua. Cuando hay silencio, si Israel levanta aunque sea parcialmente las restricciones impuestas a Gaza en el bloqueo debido a los ataques en su contra, se estabiliza la situación y ello ayudará a Hamas. Ni que hablar de los entrenamientos y el contrabando de armas con que la organización continuará fortaleciéndose también durante la tregua.
Uno de los elementos claves del entendimiento sobre la tregua es el cese de la introducción de armas y explosivos a través de la frontera entre Gaza y el vecino Egipto. Pero cabe suponer que Hamas confía en que Egipto actúe igual que hasta ahora: que no haga prácticamente nada para...
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