En un punto del norte de Israel, en la Galilea, hay un cementerio muy especial. Es el cementerio de "muertos del enemigo". A la entrada, un cartel, en la verja, dice claramente: "Respetar el lugar. No pisar las tumbas".
La diferencia de actitud, hiela la sangre. Aquí se pide respeto. Del otro lado, se juega con la vida, con los órganos sueltos y con los códigos más básicos de comportamiento humano.
Aquí, se pide respetar las tumbas de los terroristas, cuando en la guerra se toman prisioneros la Cruz Roja es notificada de inmediato, sus familias saben exactamente dónde y cómo están y pueden hacerles llegar cartas y recibir otras de ellos, como indican las normas de las convenciones internacionales que rigen el comportamiento también en tiempos de guerra.
Del otro lado, el orgullo aumenta en relación inversa a la altura de los valores que los guían. Cuanto más bajo se actúa con Israel, más se precian de si mismos los terroristas...
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Ani Yehudi
lunes, 23 de junio de 2008
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